El robo perfecto
También quisiera robarte.
Pero no tu tranquilidad.
No el sitio donde guardas las imágenes,
no el sitio donde guardas tus palabras.
Quisiera robarte el alma,
Aquella que se me pertenece
Como el águila que vuela meditando sobre
El cielo gris, puesto que sabe que es una misma con el
cielo.
Para robarte, no necesito la cobardía de ir acompañado,
Se bien que mi canto de ruiseñor, te ira quitando poco
a poco aquellos pedazos del corazón que tanto escondes, ira
apaciguando la melodía
de la ansiedad que tantos años te ha hecho mendigar por la
dicha de la comprensión.
Mi alma es austera. Te ofrece un abrazo,
Al igual que quien ofrece un pedazo de pan
Al hambriento.
Te ofrece construir, a diferencia de quienes
Durante años te han quitado sin compasión el alma y las
ganas.
No he venido para robarte, pero si para llevarme tus pesares
Para que los dejes libres como alguna vez lo fuimos en medio
del infierno
Que supone el azar, en medio de la agonía que supone la
inercia.


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