Review: Kylesa - Static Tensions (2009)
Sería difícil no comenzar a describir el Sludge Metal como evolución practica e intrínseca del Stoner Rock. Las influencias del hardcore y del heavy metal y de grupos pioneros como Melvins comenzaron a notarse rápidamente en grupos de crossover thrash hacia principios de los 80’s como Dirty Rotten Imbeciles, Suicidal Tendencies e incluso Corrosion of Conformity. Este ultimo grupo sería el culpable de que las influencias mas acidas, llegaran a Nueva Orleans a finales de la década siguiente, para que en la ciudad y en sus alrededores, comenzaran a surgir bandas importantes como Crowbar, Eyehategod, Acid Bath y los reconocidísimos DOWN, estos últimos liderados por el icónico Phil Anselmo ex – vocalista de Pantera.
Las influencias de estas agrupaciones, fueron influencias que pronto se vieron repartidas por todo el sur de los Estados Unidos y que dejaron huella en los primeros discos de una banda como Mastodon que llevo casi hasta el límite dichos sonidos (en especial en su segundo álbum de estudio “Leviathan”) y por supuesto, la que seria la mas “comercial” y ajustada de todas: los míticos Baroness cuyo sonido ha sido constante, perdura hasta nuestros días (al igual que el de los anteriores, por supuesto) y guarda mas influencias del rock clásico y el heavy metal tradicional.
Hablar de Baroness es tener que hablar de Savannah, Georgia. Una ciudad de apenas unos 313.000 habitantes y que es considerada la ciudad más embrujada de los Estados Unidos con casi 80 cementerios y mas de 50 edificios abandonados donde se han registrado eventos paranormales. Y por supuesto Hablar de la ciudad y de Baroness, es tener que hablar también dentro de todo este contexto de otro grupo surgido en esa misma población:
Kylesa es una banda de Sludge metal formada también en Savannah en el año 2001, tras una breve separación de la banda de Sludge Metal “Damad”, que contenía más influencias del Crust Punk que las influencias progresivas que hallamos aquí, y en este disco tan particular.
Desglosar un disco tan peculiar como lo es su cuarto álbum de estudio titulado “Static Tensions” canción por canción, es una tarea casi titánica en tanto que la continuidad de los riffs y las vocales claramente influenciadas por el hardcore punk (producto evidente de su anterior aventura en Damad) no solo dejan entrever canciones que parecen una calca de si mismas, sino que el sonido acido que las acompaña obliga al disco a ser escuchado casi en su totalidad para ser apreciado.
Es evidente que hay canciones destacables como “Scapegoat”, “Insomnia for Months” (que son las dos primeras del disco) y por supuesto, “Unknown Awareness” y “Nature’s Predators” que con ese sonido acido y psicodélico representan un viaje sonoro en todo su esplendor. Sin embargo, como hemos dicho antes, el disco no se puede separar, así como así y existen numerosas razones para ello:
Este disco lanzado en el 2009, representa el pináculo de la madurez de la banda. Una madurez que ya comenzaba a dejar sus primeras impresiones en su disco anterior del 2006 el Time Will Fuse It’s Worth. En ambos discos hallamos claras influencias de la etapa temprana de los famosos Pink Floyd (De hecho, la agrupación se dio el lujo de ser invitada para el cover a Interstellar Overdrive en el tributo a Syd Barret “Like Black Holes in The Sky”) y de los ya mencionados Crowbar y EyeHateGod. (A quienes también le hicieron su respectivo tributo en el álbum “For The Sick” con la canción “Left To Starve)
La experimentación a nivel sonoro juega un papel importante en la banda. Se destaca la participación de dos bateristas distintos que son CarlMc Ginley (su baterista habitual) y Eric Hernández, cada uno con un juego y un sonido completamente independiente el uno del otro (Parece chiste, pero no lo es. De hecho, se puede escuchar a un baterista por el audífono izquierdo y al otro por el derecho.) y la pequeña colaboración del bajista de sesión Javier Villegas en la mencionada “Unknown Awareness” que es como hemos mencionado la que es posiblemente la canción que más reluce de todo el disco.
Otra de esas implicaciones principales por las que el disco debe escucharse de comienzo a fin como un todo, es el hecho de que no haya solos. Contrario a lo que sucede con otras bandas de su género, Kylesa no lo encuentra necesario y permite que sea la producción sucia y desgarrada la que haga ese favor de destacar por encima de todo. Y si de cosas destacables hablamos, las voces y las letras son eventualmente, harina de otro costal. Letras abstractas y metafóricas que son a veces gritadas y a veces cantadas por Laura Pleasants quien ejerce la labor de guitarrista y vocalista. Una mezcla que se ve concretada y mimetizada con los gritos todavía mas profundos del otro guitarrista y vocalista Phillip Cope.
Si bien Kylesa entro en parón en el año 2016, basta con fijarnos en la portada para saber que su legado esta a salvo. Para nadie es un secreto que John Dyler Baizley, guitarrista y vocalista de los ya mencionados Baroness suele hacer trabajos artísticos para muchas bandas amigas y esta no es la excepción teniendo en cuenta el lugar de origen de ambas. Aquí encontramos un cover art que concuerda a la perfección con ese sonido agresivo y acido sureño que aunque parece dar patadas de ahogado desde hace un tiempo (en parte por la falta de continuidad de DOWN y el poco movimiento de EyeHateGod y Crowbar de los últimos años) su sonido vive en álbumes como este que por muy enterrados en el underground que esten, consiguen rescatar una serie de melodías y percusiones especificas y hacer eco de ellas como si no hubiese ley que se los impidiera.
La magia de este álbum reside alli. Kylesa es una banda pesada en toda regla, con unas influencias y una motivación clara, pero a la vez no llega hasta el punto de ser tan radical y violenta como muchas agrupaciones de su escuela. (en especial las del viejo continente, que tienden a mezclar el Sludge con sonidos más extremos como el Grindcore, el Death metal e incluso el Black metal Escandinavo) En Static Tensions encontramos un disco que pretende ser un viaje conciso de 40 minutos, que puede ser repetido una y otra vez sin temor a que uno llegue a perderse en él. Y si por supuesto, por alguna extraña razón llega uno a extraviarse, basta con recordar los nombres de sus influencias para mantener la mirada fija en el que probablemente es uno de esos álbumes de su género que definitivamente vale la pena sacar a la luz.



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