Review: Silverstein - A Beautiful Place To Drown (2020)

                                     

La madurez puede significar muchas cosas. Puede ser tener que decirle adiós a aquello que queremos como también puede significar decirle que no estamos seguros que podemos seguir con el asunto y que aun a pesar de eso seguiremos ahí porque eso es especial para nosotros y no queremos alejarlo.

La madurez a veces no depende de los demás, sino en gran medida de las decisiones que tomamos y el reconocer los errores. En el mundo musical hay artistas que asumen esa madurez dando grandes saltos que en ciertas ocasiones no parecen ser los correctos.

Silverstein es una agrupación de post hardcore que en este 2020 cumplió 20 años de carrera, 20 años que tristemente no pudieron ser celebrados como es debido, gracias a la coyuntura actual. Ello no fue impedimento para traer a la luz, un disco que a primera impresión parece que no se aleja mucho del sonido de la banda de toda la vida pero que a la vez, trae elementos electrónicos nunca antes vistos y colaboraciones acertadas al mas puro estilo de lo que fue en su momento el That’s The Spirit de Bring Me The Horizon (estos últimos fuertemente criticados precisamente por un disco como el AMO que incorporó un montón de elementos modernos, alejándose por completo de lo que para muchos es su esencia natural) o incluso el Erase Me de Underoath, dos agrupaciones con quienes han compartido a veces escenario.

El conjunto canadiense parece haber aprendido de los errores que cometieron muchos a su alrededor. Teniendo en cuenta esto, no es casualidad que la primera canción que hallemos en el disco sea una canción como “Bad Habits” que podríamos definir como una modernización de su sonido clásico de discos como Discovering The Waterfront o Arrivals and Departures y esto se debe en parte a que se integran a la canción varios miembros de la banda de metal progresivo de su Ontario natal, Intervals que aportan esos elementos característicos del djent y cuestiones sonoras similares, sin alejar a Silverstein de su hábitat.

“Burn it Down” nos presenta otro de esos síntomas de esa producción moderna de la que venimos hablando. La razón por la que esto se da, es por la aparición de Caleb Shomo vocalista de la banda de Columbus Ohio, Beartooth. La amistad entre ambas bandas es tal que no debería parecer raro que la canción tenga una estructura mas similar a la de estos últimos que a una canción típica de los canadienses. El grupo consigue sortear esto sin la menor de las dificultades y nos presenta un breakdown poderoso y desgarrador y con ello una de las colaboraciones mas solidas en todo el disco.

En “Where Are You” el bajo prominente, los cambios vocales y los elementos electrónicos hacen aparición por primera vez en el álbum y es, como lo expresamos al comienzo, una canción que fácilmente podría entrar en discos como That’s The Spirit. Sin embargo, a diferencia del trabajo de bandas similares, Shane Told y compañía no ponen mucho énfasis en los efectos, consiguen un riff tranquilo pero que no baja las revoluciones del disco y logran compaginarlo con una letra nostálgica y que invita a extrañar.

Y si de extrañar se trata, acto seguido hace aparición el gran sencillo del álbum: “Infinite”, a dúo con Aaron Gillespie de los citados Underoath. Una agrupación que luego de mucho tiempo consiguió reunirse de nuevo y acicalar el pedido de un regreso por parte de los fans no solo con un disco como “Erase Me” sino con contribuciones como esta. Infinite es una canción poderosa, en donde también hacen presencia estos elementos modernos y electrónicos pero que a la vez no alejan a sus integrantes de su sonido mas puro, cosa comprobable en los comentarios positivos que recibió el respectivo video musical de la canción.

Sobre “Shape Shift” y “All On Me” no hay mucho que reportar y fácilmente podrían considerarse las canciones mas flojas del álbum. La primera es una canción sumamente pop punk, fiel al sonido de grupos como New Found Glory o The Wonder Years con los que se han cruzado en los Warped Tours en más de una ocasión (cuando el festival aun hacia de las suyas por ambas escenas, dado que la ultima gira fue el año pasado) pero que debido al contenido político de la letra, también podría hacernos pensar en grupos como Rise Against que saltan a esa clase de defensa por los cambios en la humanidad. La segunda es una canción que busca virar muchísimo hacia el pop rock, una especie de balada soft rock (con saxofón incluido, dicho sea de paso) para otorgarle calma al disco y romper con la tensión de los anteriores temas y que de nuevo trae a la luz la comparación con el That’s The Spirit de los ingleses comandados por Oliver Sykes debido a la fórmula de producción usada tanto en esta canción como en la anteriormente tratada.

“Madness” es una colaboración sumamente extraña, pero al mismo tiempo es una colaboración que funciona. Princess Nokia es una rapera estadounidense que ha comenzado a dar de que hablar en los últimos 3 años no solo por su trabajo con respecto a la inclusión de la comunidad LGTB sino por su juego entre un R&B agresivo y el rock potente de agrupaciones como KoRn. Este mismo juego es el que impregna en esta canción en unos pocos segundos pero que sirven para reforzar la idea de locura y obsesión que trata el tema en sus casi 4 minutos de duración.

Say Yes! Es una faceta de Silverstein que pocos esperaban ver y que no sorprende para nada que la encontremos en este álbum. Un riff y una letra completamente alegres, absurdamente perfecta para ser dedicada y un tono bello y delicado que deja atrás los matices tristes y agresivos que la banda siempre ha sostenido a lo largo de su carrera. Esta es, de hecho una de las tantas razónes por la que comenzamos esta reseña hablando de madurez dado que en esta canción Silverstein deja claro que ya no son los típicos adolescentes enojados de 21 o 22 años y que existen otras maneras de contar historias en su arsenal.

“Stop” nos regresa mucho a uno de los álbumes mas recientes de la banda como lo es el This is How The Wind Shifts debido a la manera similar en cuanto a términos de producción se refiere de esta canción gracias al riff y a la letra que funciona como una especie de rompecabezas sonoro donde todo intenta encajar. Y si “Stop” pone sobre la mesa al sonido reciente de la agrupación, “September 14th” realiza un ejercicio opuesto al traer a la luz el Silverstein político y simbolista del disco “A Shipwreck in The Sand” con una historia turbia sobre la guerra de Vietnam, y al mismo tiempo coloca mas modernismo en el sonido de la banda al traernos, el piano el órgano y una sección de cuerdas. Cosas nunca antes vistas en el sonido de los canadienses y que puede llegar a sonar incluso peculiar para quien conoce de antemano sus primeros ejercicios creativos.

“Coming Down”, según los mismos miembros de la banda iba a ser una canción completamente electrónica. De ahí que traigamos tanto a la luz esa cuestión de los elementos modernos y es por eso que el coro de la misma, parece mas el drop clásico de una canción de Dubstep que el estallido característico de una canción de Post-Hardcore. Es, a su manera, un tema que marca el contraste perfecto para que el disco cierre con una canción de pop punk clásico como lo es “Take What You Give” donde aparece como invitado nada mas y nada menos que Pierre Bouvier vocalista de Simple Plan que es quien precisamente le otorga a la canción ese sonido potente y nostálgico de los años 2000 que es del que provienen ambos conjuntos, al fin y al cabo.

No exageramos si decimos que A Beautiful Place To Drown podría llegar a salvar vidas. Es un disco ameno, moderno, que no se aleja del estilo de la banda y que encuentra un balance en un lugar donde muchos se han sentido claramente decepcionados. Comenzar a escuchar a la agrupación canadiense por este disco, no es descabellado en tanto que presenta elementos fieles a los gustos de las generaciones más jóvenes, pero también sabe enamorar a sus fans mas antiguos, a los que empezaron con ellos y es allí donde radica el encanto del álbum.

Este intento por madurar y sonar distinto una forma común que debería aplicarse para todo el mundo en la vida diaria. Sin embargo, en ciertas ocasiones aparece el temor a expresar lo acontecido, lo sentido, lo vivido. Silverstein es una agrupación que, en eso de expresar, no se oculta en las metáforas ni en el sonido agresivo de sus primeros discos, sino que ha conseguido una manera más precisa de contar las cosas y un punto del cual no parece que fueran a despegarse a la hora de ejecutar lo que quieren hacer o decir.

A Beautiful Place To Drown es un disco que nos obliga a hacernos preguntas y a plantearnos dudas como la expresada en los primeros renglones. Puede ser que debamos decirle adiós al grupo que amamos en tanto que los cambios chocan con nuestra percepción de la música, como ha sucedido con tantas bandas y artistas que provienen de un sonido similar al de este disco. El caso de los canadienses no es este sino mas bien el segundo: La banda continúa siendo especial para sus fans y estos no temen en ningún momento, expresar lo increíblemente acertados y correctos que son las colaboraciones y los elementos nuevos que se han colocado a lo largo de los 37 minutos.

Como consecuencia de todo lo expuesto, no sorprende que Las criticas y los comentarios positivos en los videos subidos sea enorme. Se hace evidente que la recepción en cuanto a ventas que el disco ha tenido (por lo menos hoy, cuando se cumplen exactamente 7 meses de su salida) demuestran que muchas veces lo que amamos, por mucho que nos hiera involuntariamente y no necesite ser perdonado, sigue siendo especial para nosotros y no queremos abandonarlo, aunque ya no sea lo que alguna vez quisimos con total fidelidad. La agrupación comandada por Shane Told lo sabe a la perfección y aunque tristemente no puedan celebrar 20 años de carrera con una gira como es debido, pueden estar orgullosos de por lo menos celebrar su madurez y eso es algo que ni siquiera ellos mismos pueden quitarse jamás. 




Comentarios

Entradas populares